Entrevista a Verónica Poblete y su trabajo en Reserva Las Añañucas

Un concepto de paisajismo autosustentable es la interesante propuesta que efectúa Verónica Poblete, tal cual lo dejó plasmado en el proyecto Reserva Las Añañucas de inmobiliaria Dhelos en Limache, un espacio en el cual se hizo un cuidadoso trabajo, bajo su supervisión, para mantener la vegetación nativa allí existente.

Revista CASA ETC. Edición Julio 2014 por Marcela Cademartori.

Verónica Poblete

Y SU PAISAJISMO AUTOSUSTENTABLE

Fiel defensora de la flora y fauna de la región, Verónica Poblete ha logrado introducir un concepto diferente en cuanto a paisajismo, uno en donde deja atrás flores y árboles introducidos, para dar cabida a aquellas especies que se adaptan al clima y las propiedades de nuestra geografía. Su invitación es a encontrar los secretos y las bellezas del mundo vegetal que nos pertenece.

Su pasión desde muy joven fue descubrir los encantos de la vegetación nativa de la zona central, aquella en donde peumos, quillayes, espinos y algarrobos se lucían en medio del más absoluto olvido.

Verónica Poblete, paisajista titulada en Francia y botánica de la Universidad Católica de Chile, nunca le tuvo temor a la aventura y se convirtió de esta manera en una visitante frecuente del cerro La Campana, hasta donde llegaba con el fin de descubrir qué nuevos secretos guardaba la flora y fauna en esta zona de Chile.

Años de estudios la llevaron a crear un concepto visionario de paisajismo. Sus inicios fueron difíciles, pues nadie creía que especies originarias de esta región y que crecían de forma silvestre, sirvieran para crear verdaderas obras de artes en los jardines. Sin embargo, el tiempo le dio la razón y hoy esta profesional se encuentra a cargo de importantes proyectos, entre ellos el de Reserva Las Añañucas, parcelas ecológicas ubicadas en la comuna de Limache, un espacio en el cual se hizo un cuidadoso trabajo, bajo su supervisión, para mantener la vegetación nativa allí existente.

A esto se suma el trabajo realizado en el Parque Andino de Hotel Alto Atacama en el norte de país, en el cual también se incorporaron métodos, colores y texturas del entorno. El resultado fue un paisajismo cargado de estilo y personalidad.

¿Verónica, desde tu punto de vista, cuáles son los principales desafíos que un proyecto paisajístico hoy tiene?

Fundamentalmente lo que hoy se busca es armar proyectos en donde exista un paisajismo que requiera de poca agua y que sea de fácil mantención. Es por ello que mi mirada, desde que partí en esto, ha sido utilizar justamente plantas y árboles que crecen naturalmente en la zona. En las regiones centrales de Chile poseemos un clima mediterráneo, esto quiere decir que es bastante seco y las precipitaciones se concentran en un periodo muy corto. Ello permite que especies como los peumos, los espinos y el algarrobo, por ejemplo, crezcan de forma espontánea y que no requieran de grandes cantidades de agua.

¿Es decir, tu propuesta es utilizar estas especies en los jardines?

Por supuesto, se dan en forma natural y por ende requieren de poco cuidado. Van a sobrevivir aún así el hombre las deje de mantener. Al ser además perennes, atraen a fauna autóctona, lo que permite crear jardines vivos y dinámicos durante todo el año.

¿Y este es el desafío del paisajismo en la actualidad?

Lo que se busca en la actualidad es que los jardines se mantengan siempre vivos, que las personas logren maravillarse con él y con los ciclos de la naturaleza, en definitiva, que nos volvamos a conectar con la tierra.

¿Y cómo se logra esto cuando las ciudades y sus edificaciones de cemento han ido destruyendo las áreas verdes?

Bueno este es justamente el desafío. Todos debemos ser responsables de mantener las áreas verdes y crear políticas en pos de ello. Algunos grandes inversionistas lo han entendido así y en la actualidad destinan recursos a mantener espacios vivos dentro de las ciudades.

¿Uno de tus proyectos en este sentido es el de Reserva Las Añañucas de Campo Dhelos, en que consistió tu trabajo allí?

Bueno, me llamaron de inmobiliaria Dhelos para poder organizar el paisajismo de estas parcelas ecológica, en donde existían especies autóctonas maravillosas. Mi trabajo allí se enfocó en mantenerlas y organizar los espacios para lograr domesticarlas. Ahora, la segunda etapa consiste en educar a los futuros residentes para que ellos también vayan en la misma línea del paisajismo general. Acá, lo que se busca es calidad de vida y qué mejor manera de hacerlo que a través de la conservación de especies naturales y encantarse con la belleza de éstas.

¿Qué significó para ti aceptar este proyecto en Reserva Las Añañucas?

Fue de alguna manera volver a mis raíces. En esta zona partí con mi pasión y con mis primeras investigaciones. Reserva Las Añañucas en estos momentos es para mí un gran desafío en el cual aún hay mucho trabajo por hacer. El objetivo final es crear un paisajismo autosustentable, que más que un lujo, es una necesidad. Las personas buscan cada vez más una mayor cercanía con la naturaleza, pero desde la simpleza y la calma, y descubrir así los secretos que sabiamente ella nos entrega.